Si sueles pasear entre libros, seguramente hayas descubierto que las encuadernaciones acaban siendo todas muy parecidas. Esto nos complica la tarea y hace que ir a la biblioteca o a una librería a inspirarnos a la hora de buscar tipos de encuadernación no sirva de mucho, a menos que vayamos a buscar un libro que hable sobre ello. Por suerte, Internet nos abre un nuevo mundo dónde descubrir que no todo es grapas, cola, tapas duras o tapas blandas.
Con este post vamos a descubrirte qué hay más allá de las técnicas tradicionales y, además, enseñarte cómo hacerlo tú solito desde casa y con esas dos manitas que la naturaleza te dio. Así, cuando tengas que hacer un catálogo, un portfolio o cualquier encuadernación de forma casera, encontrarás la forma de dejarlo canela sin tener que empeñar ninguno de tus dos riñones para que el trabajo luzca.
1. Grapado tradicional
Cómo bien sabes, las grapas son un sistema clásico a la hora de encuadernar. Tras el clip, es la forma más simple y económica de organizar nuestro proyecto. Cuando se trata de encuadernar, las grapas deberán unir las páginas a encuadernar en el pliegue central, obviamente en posición vertical. Eso sí, ten en cuenta que el número de páginas que podemos unir mediante esta técnica es limitado.
Si decides que la grapa es el método ideal para tu trabajo, piensa que probablemente el tamaño del proyecto va a impedir que te sirva la grapadora que tu padre tiene en el cajón. ¿Tienes que darte un viaje a la imprenta para graparlo? ¡Quieto ahí! Te traemos un método para que grapes en la tranquilidad de tu casa, con tu bata y tu pijama, aunque tu proyecto sea un libro gigante en A2.
2. Grapado con grapa omega
Si te apetece indagar más allá de las grapadoras convencionales, la Grapa Omega te puede ayudar a crear un resultado más original. La grapa omega no es otra que la que ves en la foto de aquí debajo. Sobresale del lomo del cuadernillo en forma de herradura con la finalidad de poder archivarlo en una carpeta de anillas sin tener que taladrar el papel. Esa era la función con la que se creó, pero tú puedes buscarle fines creativos.
Además, aunque la grapa sea un sistema económico, no tiene porqué tener un acabado simple. Una buena idea es jugar con el tamaño del papel, las texturas, solapas o las transparencias. Eso siempre hará que las portadas luzcan de forma creativa.
2. Encuadernación en espiral o canutillo
La encuadernación en espiral es otro método bastante económico. Se trata de pasar una espiral de alambre por una serie de agujeros que antes se han hecho a lo largo del borde de las páginas a encuadernar.
Las perforadoras tienen un funcionamiento sencillo pero, obviamente, no es una tele o un abridor de botellas. No todo el mundo tiene una en su casa. No obstante, el hecho de que en cualquier papelería, copistería o reprografía dispongan de una, la hacen uno de los métodos más accesible. Eligiendo una espiral a juego con nuestro diseño y haciendo un trabajo adecuado con los papeles, podemos conseguir un encuadernado muy resultón. Espiral y papeles, esas son las claves para que tu proyecto no parezca los apuntes de la universidad. Además, dependiendo de si el alambre está a la vista, semi-oculto u oculto del todo, se tratará de una encuadernación normal, semi-canadiense o canadiense.
Un método de encuadernación muy similar a la de espiral es la de canutillo. Ambas técnicas tienen en común la perforación del papel, pero la diferencia esencial es que en esta última, las hojas se unen entre sí por canutillos de plástico independientes unos de otros, canutillos que podemos encontrar en distintos colores y de distintas resistencias.
¿Has visto lo que dan de sí unos agujerillos en el papel?
3. Fasteners y tornillos
Seguramente conocieras los fasteners en primaria, cuando tus profes te daban las fichas del curso. Ahora, más que un método para organizar trabajos o ejercicios, te proponemos utilizarlos de forma creativa para tus encuadernaciones.
No deja de ser un método económico que puedes conseguir con una simple perforadora de oficina y una visita a la papelería, y que puede dar como resultado un acabado genial. Para que tu diseño luzca mejor, siempre es importante que las cubiertas tengan mayor grosor que el contenido. Además puedes jugar a cubrir el lomo o a hacerlo a modo de carpeta, de forma que el contenido quede sujeto en la cubierta trasera.
Los tornillos quizá no son tan comunes de encontrar en una papelería, pero on-line no será complicado dar con ellos y conseguir un acabado más profesional.
4. Cuadernillo cosido
Otro de los grandes clásicos es la encuadernación cosida. La ventaja con respecto a las anteriores es que nos permite hacerlo de forma mucho más creativa, además de que ofrece un acabado fuerte y duradero, y permite que el libro se abra completamente sin que sufra. Al igual que en el caso de la grapa, las costuras recorren el pliegue central de las hojas.
Existen distintos tipos de cosido de cuadernillos. Podemos emplear el hilo con fines decorativos: hacer un lazo o dejar los extremos sueltos darán ese toque distintivo al trabajo que estés realizando. Si además te manejas entre costuras, utilizando una aguja y un hilo gruesos como los especiales para vaqueros, podrás realizar esa tarea a máquina.
5. El cosido lateral
En el cosido lateral, en vez de cuadernillos, unimos hojas sueltas. Eso nos permite añadir la cantidad de hojas que queramos. Como puedes ver en las fotos, la costura esta vez se encuentra por encima de las cubiertas en vez de en el lomo, de forma que queda mucho más visible así que tendremos que tenerlo en cuenta cómo si fuera un elemento de diseño más.
6. Encuadernación Japonesa
La encuadernación japonesa no es tan distinta a la encuadernación lateral. Cosemos también hojas sueltas, sólo que esta vez, en vez de hacer costuras de arriba a abajo a través de los agujeros, el hilo pasará por encima del lomo y eso nos permitirá hacer dibujos con él y hacer el lomo mucho más vistoso y creativo. Además esta técnica también hará la encuadernación más fuerte y sólida.
7. Encuadernación Americana (encolado)
La encuadernación Americana se puede realizar de varias formas.
- Si nuestra publicación tiene pocas páginas, lo normal es utilizar hojas sueltas y encolarlas por el lateral al lomo de la cubierta del libro. El resultado es más débil que en la encuadernación cosida y corremos el riesgo de que con el paso del tiempo y el uso se nos acabe desprendiendo alguna hoja. Sin embargo, permite mayor flexibilidad en el número de páginas y en el uso de diversos papeles y hojas insertas en secuencias distintas.
- Si contamos con un número de páginas más considerable encolaremos cuadernillos por el lado no guillotinado al lomo de la cubierta. Aunque no es tan fuerte que el cosido, sí es más resistente que el encolar hojas sueltas.
- La última variante es la americana fresada, los cuadernillos no se cosen con hilos, sino que se perforan los bordes del pliegue y se deja que entre la cola. Las páginas se pueden abrir bastante, pero no estamos libres de que se desprendan las hojas.
El método de encolado es bastante parecido tanto si tenemos hojas sueltas o cuadernillos. Primero prensaremos el lomo que vamos a encolar y después encolamos. Para la cola se recomienda que sea goma, silicona o cola blanca rebajada con un poco de agua para que se filtre mejor.
Para acabar encolaríamos las cubiertas. Su tamaño debe ser el de las páginas más el tamaño del lomo para que cubra toda la superficie.
8. Encuadernación en tapa dura
En caso de querer hacer más sólida tu encuadernación, siempre puedes optar por la tapa dura. El proceso es el mismo que en el encolado con cuadernillos. Sólo que a la hora de poner las cubiertas, con tela o papel y cartoné, y teniendo unas bonitas páginas de guarda, podremos crear unas cubiertas más solidas para nuestra encuadernación.
Artículo fuente: https://www.sleepydays.es/2016/04/tecnicas-encuadernacion-manual.html