Como ya sabemos, antes de la sinopsis, lo primero que los lectores van a ver de nuestro libro es la portada. Parece absurdo que una simple imagen pueda influir en la compra e incluso dictar sentencia sobre el contenido, echando por tierra el trabajo de escritura que tanto tiempo nos ha llevado. Pero somos así, profundamente visuales; nuestros ojos dominan y controlan nuestros deseos.
Sugerencias para la portada de un libro
Por ello, no podemos permitirnos publicar nuestro libro con una portada inapropiada o poco llamativa. En especial cuando estamos autopublicando, tenemos que centrar los esfuerzos en diseñar una portada increíble. Y el primer paso para conseguirlo, será dejar a un lado las mamarrachadas y las opiniones propias. Te la estás jugando, se trata de tu carta de presentación dentro de un mercado saturado.
En este artículo, te dejamos una guía práctica sobre cómo escoger la portada para un libro atendiendo a valores objetivos.
1. Una portada no hace spoiler
La portada de un libro no tiene por qué ser exactamente igual a la historia. De hecho, si observamos la tendencia actual, podemos comprobar que la portada cada vez se parece menos al libro. Se ha producido una evolución en el diseño, el cual ya no es un reflejo del relato. Su objetivo es agregar valor a este mediante la interpretación, un concepto o un aporte moral.
Domina el simbolismo, es decir, la asociación de ideas mediante símbolos. Por ejemplo, en las ediciones de La metamorfosis, de Frank Kafka, se presenta a la cucaracha como metáfora de la soledad.
2. La portada de libro no es una cartel de cine
Al escoger la portada para un libro, no olvides que tienes que sugerir y evocar en vez de desvelar detalles de la trama o de los personajes. Si la protagonista de tu historia es rubia, la chica que aparezca en la portada no tiene por qué serlo también. De hecho, si incluyes la foto de una persona real caracterizada como uno de los personajes (algo habitual en aventuras épicas), vas a echar a perder el factor sorpresa.
Uno de los mayores alicientes que tienen los lectores es descubrir e imaginar, así que no se lo quites. Debes hacer un diseño más simbólico y complejo, y no solo basarte en la interpretación general. Se trata de un aporte creativo más.
Algunos ejemplos de portadas simbólicas
3. La portada que vende es aquella que impresiona
Uno de los mayores errores en los que se cae al diseñar una portada es dar por sentado que, al verla, el lector va a saber de qué va la historia. Sin embargo, pensando de esa manera, corremos el riesgo de ser prejuzgados. Las portadas no deben decir de qué va el libro, no tienen que ser un spoiler, sino plantear un interrogante. Si la trama principal se desarrolla en un tren, puede aparecer un tren en la imagen, pero con algún elemento más que lo saque de la literalidad.
Por lo tanto, la portada de un libro debe ser impactante. Rompe con la típica foto de paisajes trémulos y haz que tu libro no parezca uno más del montón. Como decíamos al inicio, tienes que lograr la mirada del público, atraerle hasta tu libro y despertarle las ganas de devorarlo. ¿Prefieres una portada aburrida, un calco de la historia, o una que dirija los sentidos hacia ella?
4. El diseño es trabajo de un profesional
Los diseñadores profesionales tienen mayor capacidad analítica y de síntesis. Hacer la portada en función de las bases y las reglas del diseño editorial es su labor. Así que, si no eres ducho en esta área, no dudes ni un instante en contratar los servicios de diseño de portada para tu libro. Cuando lo hagas, redacta un documento que detalle:
- De qué va el libro.
- El género.
- Quiénes y cómo son los personajes principales.
- El espacio-tiempo en que tiene lugar la historia.
- Elementos importantes que destacar.
- Ideas o estilo que tengas en mente.
Esta información ayudará a crear un espacio común donde su libertad creativa y tus deseos encuentren el equilibrio.
5. Abandona tus opiniones: el diseñador es el que sabe
Cuando vayas a escoger la portada para un libro, recuerda que debes abandonar tus gustos personales. Hay muchas probabilidades de que no te agrade en absoluto el primer diseño que el profesional realice, pero eso no quiere decir que se trate de un mal diseño, sino más bien todo lo contrario.
Aunque no sea lo que esperabas, seguramente sea lo que tu libro necesita. Abre tu mente y deja trabajar al diseñador. Y si quieres hacer alguna puntualización, por ejemplo, sobre la tipografía o aportar ideas, no dudes en comunicárselo, pero siempre desde el respeto y la objetividad. Jamás debes ceder ante el niño caprichoso (e inexperto) que llevas dentro.
6. Sé artístico
Aunque consigamos una foto impresionante a nivel técnico para la portada, no debemos dejar por el camino la creación artística. Toda buena portada debería tener algún punto artístico, ese halo mágico que sobrevuela sobre el libro y que no podemos definir con exactitud, pero que nos toca por dentro. Hay portadas que son una verdadera maravilla, que podrían exponerse como cualquier pintura.
Y eso se debe, como ya hemos señalado, a la capacidad para abstraerse y ver más allá de la literalidad. Si un lector se gira a mirar tu libro es porque ha detectado algo que no posee el resto.
Portadas creativas y artísticas
7. Usa fotografías, dibujos o ilustraciones de buena calidad
Cuando selecciones una imagen para la portada de tu libro, asegúrate de que cumple con los requisitos mínimos de calidad. Si queremos una portada bonita, la ilustración o fotografía que vayamos a emplear no puede estar pixelada o deformada.
Una imagen que es horrenda de antemano se convertirá en un pequeño monstruo al intentar componer con ella. Obvio, ¿verdad? Te sorprendería comprobar el número de veces que se comete este error en pleno 2018. Los programas de edición de imagen como Photoshop hacen grandes proezas, pero no milagros. No se puede sacar calidad de donde no la hay. ¿De verdad quieres dar una imagen tan poco profesional? ¿O deberíamos decir “poco ética”? Suena exagerado, pero no lo señalamos en vano.
Qué cosas no hacer para diseñar una portada
Ahora que ya hemos aclarado qué debe tener una buena portada, vamos a definir las reglas que no puedes saltarte nunca:
- No saques material de internet. Cuidado con las imágenes que elijas. Además de que no van a estar en la calidad apropiada, podrías estar atentando contra los derechos de autor. No puedes usar sin juicio y sin límites todo lo que encuentres en la red.
- Jamás debes diseñar una portada con la foto de autor. Poniéndonos un poco dramáticos, esto roza la criminalidad. Poner una foto tuya en la portada es ególatra, transmite falta de juicio y de gusto. Y peor aún, da la sensación de que no tienes nada que ofrecer. Mejor reservarla para la biografía, las entrevistas, las notas de prensa, el blog de autor, la página de Facebook…
- Nada de portadas kitsch o de mal gusto. Por ejemplo, en poesía o prosa poética, es habitual encontrar un hada en plena naturaleza o una chica en medio del mar y rodeada por la luna y las estrellas. Esas imágenes, además de estar trilladísimas, ni siquiera se acercan a la esencia de tu libro. Lo hacen uno más de tantos otros.
- Aparta los sentimentalismos. Cuando diseñas una portada, debes pensar en tu público objetivo y no en aquello que tiene un valor sentimental para ti. Por ejemplo, si tu novio te ha diseñado una postal muy cuqui por San Valentín y quieres dedicarle el libro porque es un gran apoyo para ti, emplea las páginas de cortesía para agradecérselo, pero no diseñes la portada con esa postal. Por muy respetables que sean tus intenciones (y tus sentimientos, por supuesto), no es lo más adecuado. Tienes que pensar en vender, en ti como escritor y no como persona.
Ejemplos de malas portadas
Conclusiones sobre el diseño de portada
Si tienes dudas sobre cómo escoger la portada para un libro, cuidado al fijarte en las cubiertas de los más vendidos. Es cierto que esto puede ayudarte a orientarte, a analizar la tendencia del mercado y a acercarte a tu público objetivo. Pero debes tener en cuenta que, cuando se trata de un autor consagrado, ya no se otorga tanta importancia al diseño de la portada porque la gente ya le conoce y sabe qué va a encontrar en su libro.
Es decir, la portada no va a ser el centro de atención ni a resultar decisiva en la compra. Por esta razón, lo mejor que puedes hacer es acudir al servicio de diseño de portada de un profesional. Comprueba por ti mismo todo lo que puedes conseguir por un precio asequible.
Artículo fuente: https://www.tregolam.com/2018/02/escoger-la-portada-libro/